Judo y management. Jita Kyoei

En 1913  la Universidad de Harvard  autorizó la creación de la Harvard Business School . El primer rector, Edwin G. Gay y su equipo ,de acuerdo a la tradición de la institución , tenian un firme compromiso con la transmisión a los alumnos de la dimensión social que implicaban sus futuras responsabilidades profesionales. El segundo rector Wallace B. Donham fiel a este compromiso manifestaba ante la Asociación Americana de Escuelas de Negocios en 1927:

» He llegado a la conclusión de que la principal necesidad para nuestra civilización, si desea progresar de una forma ordenada , es disponer de personas orientadas hacia la mejora de la  sociedad. Estoy convencido de que esta necesidad, es la base más sólida que justifica la existencia de la escuela de dirección de empresas de nuestra universidad. »

Compromiso que ha perdurado hasta la actualidad en una  institución de referencia comprometida con el progreso

HBS   «Tu mundo . ¿Cómo cambiarlo?»

Con la fundación del  Kodokan en 1882 , Jigoro Kano creó en Tokio una institución  para estudio teórico y práctico de una nueva disciplina , el Judo.  Kano (1860-1938)  tenía grandes capacidades y madera de educador  siendo Presidente de la Escuela Normal Superior que formaba profesores en Tokio. Fué elegido representante del gobierno del Japón ante el Comité Olimpico Internacional en 1909 , cargo que ocupó hasta su muerte, actuando como  ministro de exteriores de facto. Reveló con su obra y actuaciones su caracter humanista fomentando la colaboración entre personas y paises.
Para él , el judo y  la educación formaban parte de su concepto humanista , puesto que ambos podían ser empleados para el desarrollo de las personas .Es desde esta premisa como aparece el segundo gran principio del judo , Jita Kyoei  o Prosperidad y beneficio mutuos.  Kano no concibe el perfeccionamiento individual al margen del prefeccionamiento colectivo:

«Para el verdadero beneficio de uno mismo , uno debe tener también en consideración el beneficio de la sociedad. La mayor prosperidad de uno mismo puede lograrse a través del servicio a la humanidad.»

En su conferencia ante la University Sotuthern California en 1932 con motivo de la Olimpiada de Los Angeles dejaba muy claros sus objetivos:

» El objetivo final del Judo es, pues,  inculcar en la mente del hombre un espiritu de respeto por el principio de máxima eficiencia y de bienestar y beneficio mutuos, llevándole a practicarlos de modo que el hombre individual y colectivamente pueda alcanzar la condición más alta, y, al mismo tiempo, desarrollar el cuerpo y aprender el arte del ataque y la defensa.»

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