El judo además de facilitar el desarrollo personal, también puede contribuir, y mucho, a la mejora del comportamiento del individuo en todos los aspectos de su vida; intelectual, moral y de interacción social. En este artículo introduciré como interpretar y utilizar el principio del Judo: Seiryoku Zenyo Jita Kyoei (máxima eficacia y prosperidad a través de la ayuda mutua).
La lucha se convierte en una lucha digna cuando cada uno tiene siempre en cuenta cuál es el mejor objetivo para el conjunto, cuando se utiliza toda la energía física y mental para alcanzar este objetivo y cuando todo el mundo es consciente de que su propio equilibrio y armonía también es de utilidad para el conjunto de la sociedad.
Luchar con dignidad (luchando dignamente) significa que cada uno actuando a su máximo nivel, al nivel de su perfeccionamiento personal, aporta también el máximo perfeccionamiento a la sociedad. En Japón se conoce bien este principio de Seiryoku Zenyo Jita Kyoei (máxima eficacia en el uso de la energía en beneficio del conjunto) y si se vive según éste principio, se actua constante y conscientemente para desarrollar todas las habilidades individuales, como la orientación, la virtud, fuerza de voluntad, coraje y compromiso (tolerancia) utilizados para el bien común.
Jita Kyoei (el objetivo de prosperidad mutua) se puede considerar como el principio de equilibrio de la sociedad. Seiryoku Zenyo (la forma de utilizar la energia).
Luchando con dignidad
El uso más eficaz de la propia energía mental y física se puede aplicar a todos los aspectos de la vida. Por lo tanto, cada cual debe encontrar la via apropiada para aplicarlo a todos los aspectos de su vida.
Desde una visión intelectual, en todas nuestras luchas y esfuerzos, se debería determinar primero cuál es el objetivo a alcanzar; con la atención, observación, las fuerzas que intervienen, nuestras capacidadades y la creatividad, que se pueden evaluar siguiendo este principio. Si no hay un objetivo claro, no se puede aplicar el principio.
Desde el punto de vista moral, previo a la lucha, se debería determinar mentalmente lo que está bien y lo que está mal. Pero sólo el conocimiento del bien y del mal no es suficiente. Prepararse para querer hacer el bien y no querer hacer el mal forma parte del desarrollo moral. La voluntad y los hábitos para actuar bien se deben trabajar y se desarrollarán continuamente también de acuerdo al principio. El entrenamiento de buenos hábitos favorece la acción correcta. Las mejores intenciones para rechazar el mal pueden fracasar cuando no está acostumbrado a actuar así.
A nivel social, en un grupo es suficiente con sólo una persona con intenciones egoístas para generar conflictos y dificultar la aplicación del principio. Por lo tanto, se debe evitar el egoísmo y se debe actuar basándose en la ayuda mutua y las mutuas concesiones. De esta manera se crea armonía y se evitan o se resuelven los conflictos de una manera natural. Conseguir un equilibrio general es el resultado que se puede obtener mediante la práctica de dicho principio.
La aplicación del principio Seiryoku Zeny Jita Kyoei es también posible en las interacciones sociales. La furia, la rabia y el odio consumen energía, además de provocar decepciones, agravios y disputas. Por tanto, no son estados de ánimo alineados con el principio. El principio puede ser fundamental para resolver todo tipo de cuestiones, sobre todo morales. La energía de la furia y la ira se pueden canalizar para tratar de ver lo que es correcto y no desviarse del camino.
Guiandonos cada día según el principio, facilitamos que individuo y sociedad constituyan una unidad más armoniosa. Por lo tanto, exígete mucho y sé generoso con los demás.
¨Si actuamos según Seiryoku Zenyo y Jita Kyoei, la vida en sociedad seguirá desarrollandose y mejorando de una forma natural, y como miembros de la sociedad lograremos alcanzar nuestros anhelos «
Jigoro Kano (1860-1938) fundador del Judo
Willem Visser , 8º dan judo IJF
Executive coach, Strategic Adviser, International Lecturer
Con agradecimiento a todos mis profesores, especialistas, compañeros y especialmente a todos los judokas a quienes he tenido la oportunidad de formar y entrenar.
Fuentes y profesionales que me han inspirado: Van der Horst, Cobben, Abe, Saitoh, Yamashita, Uemura, Sugawara, Murata, Hosokawa, Komata, Takahashi, Nakamura, Kasuga, Kawashima, Kariya, Brousse, Besson, Rougé, Ruska, Geesink, de Cree, Barta, Vachun, Viser, Lascau, McConnell, Snijders, Sins, Hoogendijk, Boersma, Odinot, van Dijk, Klok and many others.
Libros: Mind over Muscle compiled by prof. Naoki Murata; Jigoro Kano and the Kodokan, an innovative response to modernisation;
Traducción: Ferran Agúndez